domingo, 31 de enero de 2016

Un Momento de Soledad

Son las ocho treinta de la mañana; estoy sentado frente a una puerta con el numero 8 seguido de la palabra “Quimioterapia” ¿Cómo llegue aquí? ¿Qué hago aquí? No sé. Me siento impotente, deseo saber qué pasa adentro, quiero estar en lugar de la persona que encerraron ahí. No quiero que sufra, que le hagan daño; quisiera ser mago y salvar la situación

Es una respuesta irracional ¿Cómo puedes estar en algún lugar sin saber por qué? Así es, nada es racional; por mi mente pasan muchas cosas, palabras, expresiones, consejos, lecturas por Internet. Parece que todos conocen la cura menos yo; -consigue caldo de zopilote-, -compra la sangre del escorpión azul-, -cubre de lodo donde está el mal-, -prepara sábila con miel y licor-, -combina carbonato con limón-; todos con una experiencia del primo, de un vecino, o de la Internet.

Me siento muy solo; no porque estoy sentado solo, frente a esta puerta que comienzo a odiar; pero no es nada nuevo; otras veces he estado así, me acuerdo de mi hija, hace muchos años se fue, antes de irse, nos miramos mucho; como ella no podía hablar, con mis ojos y los suyos nos comunicamos, ella me miraba como preguntándome porqué estaba así sin poderse levantar y yo como mis ojos solo pude decirle lo mucho que la amaba y no pude hacer más.

Ahora, nuevamente siento esa soledad; son bebidas para solitarios; los amigos, los familiares, se emocionan y están dispuestos a apoyar en cualquier cosa el primer día y la primera noche; pero la carrera es larga, desgastante y lastimoso; el tratamiento es largo y las personas tienen sus propios problemas que resolver, otros se cansan, y te quedas solo.

Recuerdo cuando el cirujano dijo: “Esto es un tratamiento largo, quizá 12 meses; serán 6 sesiones de quimioterapia, una mensual, luego la cirugía, siguen 25 sesiones de radioterapia; así sucesivamente, después cada año hasta llegar a los cinco”

En la desesperación consulté otros expertos y tratamientos alternos y uno de ellos quizá el más sobrio: “No te engañes ni te engañen, la quimioterapia no cura, se aplica desde hace 60 años y no ha curado a nadie; la radioterapia tampoco cura; pero los dos eliminan las defensas y esto puede provocar la muerte”

La tristeza y la soledad que siento es por el deseo natural de vivir y desear que a quien amas viva también, nos aferramos a la vida. ¿porque no? La vida es bella, es un reto diario, es bueno descubrir nuevas coas en la tierra, no hemos visto todo; amamos la vida.

Me pongo de pie y me asomo a la ventana; veo a la gente caminar; los ambulantes ofreciendo atole, café, volovanes, tortas; a la gente que, como yo, estamos esperando a nuestro familiar. La vida sigue su curso, nada se detiene, así es y así debe ser. Me sigo sintiendo solo y triste. Esto no será para siempre.




B. J. Zaragoza


lunes, 25 de enero de 2016

Bienvenidos al año 2016

Amigos, compañeros, ex compañeros, conocidos y, conocidos de mis amigos; todavía estamos en el primer mes del año; por lo tanto, les doy la bienvenida a este 2016.

Qué no quiero recibir por el Facebook este 2016.

No me digan que busque a Dios, porque no se ha perdido
No me manden cadenas, porque tengo que estudiar y trabajar
No me relean textos de la Biblia, porque sé leer.
No me manden prédicas, cuando quiera sermón voy a la Iglesia.
No me hablen de milagros, porque la vida en sí es un milagro.
No me pregunten si tengo a Jesús en mi corazón, porque es algo personal.

Sí, quiero saber a detalle:

¿Qué hiciste para superar las vivencias, las sensaciones de tristeza, las risas de tu madre, los ruidos desconocidos del exterior, durante los nueve meses que estuviste en el vientre?
¿Cómo superaste las enseñanzas a golpes, amenazas, chantajes, indiferencia, regaños, durante los primeros siete años de tu vida?
¿Qué haces para que tu entorno mejore?
¿Cómo has logrado éxito personal y profesional?
¿Cómo te libraste de la filosofía de vida que te impusieron tus padres, la religión y la sociedad?

¿Qué has hecho para llegar a la felicidad?




B. J. Zaragoza