Hoy no hay palabras clave, dinero por Internet, mercadotécnia, etiquetas, negocios; hoy quiero dedicarle un momento, con toda intensidad de mi sentir a Chile.
Siento una impotencia indescriptible dentro de mí, por lo que pasa en ese país; algunos podrán pensar que tengo muchos amigos chilenos o quizás soy chileno y por eso la emoción tan fuerte que pretendo expresar.
No, no soy chileno, tampoco tengo amigos chilenos; pero me tocó vivir muy de cerca el terremoto de México en 1985. Que fácil es decir, el temblor fue de tal intensidad y demoró cinco minutos, etc.
Cuando vives algo, como estos terremotos, tratas de comprender lo que los supuestos profetas dicen, sobre el fin del mundo; ves personas muertas por doquier, aguas negras con el potable corriendo juntos, perros muertos por allá, gritos de dolor más allá, escombros por aquí, edificios soberbios hechos polvo, gritos de sirenas, informadores por radio y televisión esmerandose en dar la noticia.
Llegan los apoyos de todas partes del mundo, la gente humilde, son los primeros que cooperan con sus semejantes, vienen políticas del país y alenta todo, después de algún tiempo se olvida todo; porque, en otra parte del mundo ya existe una noticia nueva, una desgracia más.
Lo que no siempre se cuenta es lo que sigue; las desgracias de esta magnitud dejan huella por generación.
Hasta la fecha, cuando caminas por una de las ciudades más grandes del mundo; México, D.F se pueden apreciar edificios que se derrumbaron hace 25 años, no se ha hecho nada, están como testigos mudos, de esa desgracia.
Después de diez años del terremoto, 1995 estuve en México, quise abordar el metro, y estando en el anden esperando la línea, comenzó a temblar con una intensidad media, pero el tren se empezó a balancear y los rieles a rechinar, vi como la gente se puso a llorar, hombres y mujeres sin distinción; caían de rodillas a rogar por su vida, algunas mujeres se desmayaron derrumbando se en el piso.
Es un hecho que quienes hoy tienen una edad menor a 25 años no tienen esa actitud, no es lo mismo vivirlo emocional y económica mente a que te cuenten como son los terremotos. La gente queda marcada por el resto de su vida y la ciudad no será la misma.
Por eso la impotencia, porque me duele la muerte de tantos niños, ancianos, y gente productiva que estaba haciendo un bien a su familia y a su país y ahora ya no están.
Me duele saber que se han quedado padres e hijos sin sus familiares a quienes amaban; porque nuestra cultura, precisamente, consiste en ese apego a la familia.
Es cuando se pregunta uno ¿Donde está Dios? ¿Porque nos enseñan.. si tienes fe le dirás a esa montaña mueve te y se moverá? Si es así ¿Porqué un país entero se está muriendo bajo los escombros y nadie dice: Te ordeno tierra que no te muevas para que no mates a los habitantes?.
Seguramente habrá quien lea esto y diga que soy blasfemo; que lo que no sé, es que pasan esas cosas por nuestros pecados, los mismos que cometo por escribir así.
Que dios es bueno y nosotros somos pecadores, por lo tanto merecemos ese castigo.
Quienes estén de acuerdo con esto, esta bien para ellos; yo digo que nosotros, primero inventamos a nuestros dioses y luego les pedimos milagros; después de todo hay muchos dioses.
Pero, es una realidad que no tiene que ver con justicia o injusticia, los poderosos de esta tierra han destriuído parte de la naturaleza y ésta nos destruye a nosotros; si es verdad que los que no somos poderosos no destruimos; tambien es cierto, que no hacemos nada para impedir que se siga contaminado y lastimando el ecosistema; al contrario, en menor medida hemos colaborado.
Por todo lo anterior digo:
Chilenos que están sufriendo me uno a su luto, lloro con ustedes, con verdaderas lágrimas, es increíble lo que ha pasado, algunos familaires no aparecerán otros están muertos y con todo ese dolor, el hambre, la escacés, la rapiña de nuestro prójimo, la injusticia que caracteriza a nuestros países, el monopolio de la ayuda humanitaria.
Los exhorto que sean fuertes, sean pacientes, guarden el luto que la tradición acostumbra y luego a recuperarse.
Si tú has quedado con vida, es un milagro, aprecia de esta manera, tienes algo que hacer, por eso te quedaste, solo tu sabrás qué es.
Disfruta esos días meses y años que hoy inicia, vive cada momento como si fuera el último día, no pierdas tiempo en pequeñeces; el sol sale todos los días, la vida continua. Busca tu camino de retorno, a tu verdadero hogar.
BJZaragoza
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