miércoles, 28 de junio de 2017

Los valores y el éxito.

En un debate ordinario sobre valores; sorprendentemente nos daríamos cuenta que, muchos no saben definir el concepto; quizá la palabra éxito, sí sea más fácil de expresar; pero, tampoco habrá un consenso, si el primero es necesario para lograr el segundo.

El cuento viene por dos casos concretos en diferentes lugares y con diferentes objetos; en el centro comercial Mocambo; Mónica   se puso a platicar con unos amigos, y cuando se levantó para irse, se le olvidó su lap-top (pc); dos horas más tarde regresó al lugar; desde luego el objeto ya no estaba en la banca; solo por cumplir con la formalidad, fue a la administración del centro comercial a preguntar.

¡Sorpresa! Con amabilidad la encargada pidió una identificación y entregó el equipo; pero Mónica no conforme, preguntó ¿Cómo llegó el aparato, a la administración? Le informan que el guardia del centro comercial la recogió y la entregó; pidió más datos sobre la persona; porque dentro de sí, estaba pensando darle una pequeña recompensa, ya que  el aparato contenía información personal de mucha utilidad.

_Joven, usted no me conoce, pero soy la dueña de una computadora personal, la cual olvidé en la banca y en la administración me dicen que usted la regresó; le vengo a dar las gracias y le traigo una pequeña recompensa por el favor. _ No, no es necesario, solo he cumplido con una tantas cosas que debo hacer en este centro comercial; gracias, pero no es necesario.

Segundo caso; Mónica, estando en un salón de clases de la facultad de ingeniería, tuvo la necesidad de ir al sanitario, dejó su celular en el porta papel y regresó al salón, pasaron minutos y regresó al sanitario en busca del aparato y ya no estaba; fue a la coordinación, quizá quien se lo encontró ya lo entregó; pero no, no había ningún teléfono reportado; con ayuda de amigos marco varias veces a su número, pero quien tenía el teléfono no contestó.

Por medio de GPS pudo seguir su celular por varias horas; luego, como quien lo portaba no contestó, le mandó mensaje de texto, comentando lo importante para ella el teléfono, por los datos que contenía; que contaba con una gratificación si le hacia el favor de devolverlo.

Siguió la señal por dos horas más, hasta que llegó al ADO; finalmente el teléfono fue apagado y se acabó; supuso que la persona que encontró el celular abordó un autobús para irse fuera de la ciudad.

El primer caso; un guardia de centro comercial, con un salario mínimo; tuvo la oportunidad de quedarse con una computadora personal; pero, él prefirió entregarla a la administración y no aceptar una gratificación.


El segundo caso; una estudiante universitaria, sabía que el celular era de una compañera de facultad, con aspiraciones mayores, con el objetivo de terminar una carrera profesional; pero no creyó conveniente regresar el teléfono ni porque le ofrecen recompensa. De esta última ¿Cómo será como profesionista si es que termina la carrera? ¿Sera exitosa? ¿Tiene valores?


B. J. Zaragoza

jueves, 22 de junio de 2017

Imagenología y el Especialista

Los médicos para poder diagnosticar alguna lesión o enfermedad se apoyan en imágenes, laminas o placas; mejor conocidos como radiografías. Pero, tenga cuidado; imprimir una placa, no es problema porque no cuesta mucho; hoy por hoy existen muchos laboratorios que ofrecen ese servicio, de tal forma que los precios son accesibles.

El verdadero problema es en la interpretación de lo que se ve en dichas laminas o placas; resulta que una interpretación no es universal; es decir, un médico opina que es tal cosa, otro, otra apreciación. Así, por ejemplo, una paciente se sentía morir porque no podía respirar ni caminar, retenía tanta agua en el cuerpo, que sin comer estaba muy subida de peso.

Fue primero a consultar a su médico familiar, ya que, por su trabajo, tiene derecho de atención medica en el Seguro Social; el facultativo hizo algunas preguntas: ¿cocina con leña? -No, ¿fuma mucho? -No fumo, ni he fumado; entonces está en un lugar donde la gente fuma mucho; es decir, usted es una fumadora pasiva. - quizá.

Así pasó el tiempo, ya que la revisión de rutina son cada tres meses; debido a que no estaba conforme con el diagnóstico del médico del Seguro Social; decidió consultar a una doctora particular que conocía de hace mucho y que había cuidado a todos sus hijos, de pequeños, hay confianza. Nuevamente, - mire, existe un poco de flema en su pulmón; pero no es nada grave, le daré algo para que se lo tome y en la próxima visita vemos como se mejora.

Llegó el día, en que para poder respirar y no asfixiarse, empezó con mucho esfuerzo, a jalar aire por la boca, como los peces, cuando están fuera del agua; pidió auxilio a su familia, y entonces sin preguntarle, la llevaron a la Cruz Roja, a urgencias; en la entrada están unos jóvenes con uniforme y el logo de la institución; éstos, con toda diligencia, respeto y amabilidad, le consiguieron una cama, y llamaron al doctor en turno, y cinco enfermeras corrían unas por un lado, otras por otro, rápido se hizo, una lista para el estudio de laboratorio, placas, y  medicinas para aplicar inmediatamente.

Después de dos horas y con la desesperación de la familia; por fin, el medico pidió hablar con la familia para informar de la situación: - ya estabilizamos a su familiar; su cuerpo está respondiendo a las medicinas que le aplicamos; pero la situación es grave; tiene agua en los pulmones, el corazón no se relaja a tiempo, el riñón está trabajando al 30 por ciento, tiene muy bajas las plaquetas; ya avisamos al internista, viene en camino, él confirmara o ampliara la información que le he dicho.


Está demás decir, que esto, apenas es el comienzo de un tratamiento prolongado y desgastante, debido a que no se atendió oportunamente. Es donde se aprecia la necesidad de consultar eventualmente, a algún especialista, para una opinión más profesional, con mayor conocimiento, para atender a tiempo cualquier lesión o enfermedad.


B. J. Zaragoza