domingo, 16 de junio de 2013

EGO Y CONDICIONAMIENTO


Debería decir, día del padre. Pero a propósito no lo dice, porque, precisamente en estos días; mas de un padre se quejará que tal o cual hijo (a) no le habló para felicitarlo, y seguramente algunos se sentirán profundamente heridos. Al final de este día, habrá hijos “malos” e hijos “buenos”.

De qué depende que unos hijos hagan fiesta el día de los padres y otros simplemente no se acuerdan o no se quieren acordar. Solo por dos motivos: el ego y el condicionamiento. El ser humano está hipnotizado y solo responde según  condicionamiento previo; como si fuera un animal doméstico.

Primero hay que entender que cuando nace un niño carece de ego. No sabe quién es. Es una hoja en blanco. A partir de entonces empezamos a escribir en él. Le decimos que es un niño o que es una niña, que es musulmán o cristiano, que es bueno o malo, que es inteligente o estúpido. Empezamos alimentarle ideas. Empezamos a proporcionarle ideas acerca de quién es.

Que si es hermoso o no, obediente o desobediente, amado o no amado, necesitado o prescindible… un continuo torrente de ideas. Esas ideas se van acumulando en su consciencia, y el espejo empieza a cubrirse de mucho polvo y algunas de las ideas comienzan a fijarse, a enraizarse en el ser del niño. Empieza a pensar de la manera que le has enseñado.

Poco a poco, se olvida totalmente de que llegó al mundo como pura vaciedad. Empieza a creer. Y un niño confía sin límites. Confía en todo lo que le dices. Te ama. Todavía no duda, todavía no sospecha. ¿Cómo podría sospechar? Es tan puro… es solo pura conciencia, puro amor. Así que, cuando su madre le dice algo, él confía.

Ahora los psicólogos dicen que si le repites algo a una persona continuamente, acaba convirtiéndose en eso.

Te conviertes en lo que piensas que eres. Bueno, no es que te conviertas en ello, sino que esa idea se enraíza profundamente, y de eso es de lo que trata el condicionamiento. Si le repites continuamente a un niño que es estúpido, se tornará estúpido, empezará a pensar que es estúpido. Y no sólo eso, sino que comenzará a comportarse de manera estúpida. Tendrá que ajustarse a cierta idea que se le ha dado. Cuando todo el mundo cree que es estúpido, él también piensa que debe serlo. Es muy difícil creer algo que nadie piensa de ti. Es imposible. Se necesita algún tipo de apoyo.

El niño carece de todo apoyo. Busca a su alrededor, busca en tus ojos. Tus ojos funcionan como un espejo, en él ve su rostro, y también ve lo que estás diciendo. Un niño puede volverse hermoso, feo, un santo o un criminal. Depende del condicionamiento, de cómo le condiciones.

Pero tanto si se convierte en un santo o en un pecador, no tiene importancia, en cuanto respecta a la miseria, pues de cualquier manera será miserable. No importa si se convierte en un estúpido o en alguien inteligente, porque –y recuérdalo bien- es el condicionamiento el que trae la miseria. Puedes condicionarle para que sea un santo, y lo será, pero continuará siendo miserable.

Por todo lo anterior; te feliciten o te olviden, solo es el resultado de tu esfuerzo. Se cumple el concepto universal de…”cosechas lo que siembras”.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario