Una
frase de origen bello y limpio; se trata del recuerdo del nacimiento de Jesús,
que por cierto nadie sabe la fecha, pero es una fiesta religiosa que observan
millones de creyentes. En esta época en que vivimos, esto se ha convertido en
un acto de mercadotecnia, comercio, compras, regalos, bebidas y algunos
excesos.
Personalmente
no creo en ese concepto; de niño participé, porque así era la ley del hogar;
nacimiento, pedir posada, regalos, cantos; pero como todo es un aprendizaje,
llega el momento en que tienes que vivir
tus propias creencias, conducirte con tus principios, aprendidas
investigadas y aceptadas, verdaderas o falsas, pero no ser un simple repetidor,
o copiar las creencias de otros, solo por tener una.
Si
no creo en esas ceremonias o tradiciones; también es cierto, que creo en la
amistad, en la convivencia, la alegría, compartir lo que se nos ha dado, mucho
o poco, con emoción y con gusto; como la tradición acostumbra, estar entre
familia. Llámese familia, hermanos, padres, hijos, esposas, esposos y demás
parientes.
¿Qué
pasa con los que no tienen amigos ni familia? ¿Están condenados a la soledad y
al abandono? Digo esto, porque parece que es una fiesta para familia y no para
los solitarios. ¿No tendrán navidad?
No,
no es así. Cuando Jesús fue iluminado, dejo de ser el Jesús hombre y paso a ser
el Jesús Cristo, Dios habitando en el hombre, Dios hecho hombre. Cuando los
creyentes originales se propusieron repetir el nacimiento de Jesús, fue con la
idea de que naciera Cristo en los
hombres; una oportunidad de que se diera un cambio en el ser humano. Desde
luego que con celebrarlo no es suficiente; pero para el caso que nos ocupa,
sobre si un hombre solitario puede tener su navidad; claro que sí, porque el
nacimiento de Cristo en los hombres, es personal, no es grupal.
Mirando
las cosas desde otra perspectiva; aún, cuando se diga y se grite a los cuatro
vientos por poetas, cantantes, novelistas y cuentistas, bellezas y estragos de
la soledad; ésta no existe, es un estado emocional; es imposible que el ser
humano esté solo; se podrá sentir solo, esos sí, pero no está solo, es una
opción personal. El ser humano tiene un origen divino, es una gota del océano,
es una chispa, es una extensión, es una manifestación, es la máxima creación
del ser supremo.
Con
lo anotado, y aclarado el punto, sin rigor religioso y sin proselitismo; ahora
sí, les deseo una feliz navidad, si les es posible celebrarlo sin un alto grado
de alcoholización será mejor, se disfruta mejor la plática, un buen refresco,
un ponche, una novia, una esposa, la sonrisa de los amigos, el cariño de los
hijos y de los nietos. ¡¡Felicidades!!.
B. J. Zaragoza