En las personas, así como en
países; en todas las épocas se habla de crisis; ésta, se manifiesta de
diferentes formas; así, se habla de crisis de credibilidad, crisis financiera,
crisis política, crisis de corrupción.
Por lo tanto, algunos
justifican sus desaciertos a alguna forma de crisis y otros aprovechan la
crisis para aumentar sus riquezas; el ejemplo más claro de esto, es que, en
México, mientras el gobierno menciona algunos ajustes en su presupuesto por la
crisis económica mundial; Carlos Slim sale comprar algunas empresas que
requieren de apoyo económico (NEW YORK TIMES), mostrando que la crisis es una
oportunidad para enriquecerse.
Un hombre que conoció la
crisis en diferentes manifestaciones, siendo un pacifista por convicción, su
trabajo lo llevo a colaborar para la creación del artefacto más mortal de su
época; siendo enemigo de que los países tengan ejércitos, deseando la paz para
todos; el producto de su trabajo permite la destrucción de dos ciudades con
gente inocente; se muere diez años más tarde, sin poder conciliar lo que
siempre había deseado y lo que logro con sus estudios, sobre la desintegración
del átomo.
En sus escritos, deja una
definición personal sobre la crisis:
“La crisis es la mejor bendición
que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad
nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es la crisis que nace
la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la
crisis se supera a si mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis
sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los
problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las
salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafíos,
sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay
méritos. Es en la crisis donde florece lo mejor de cada uno, porque sin crisis
todo viento es caricia.
Hablar de crisis es
promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto
trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la
tragedia de no querer luchar por superarla” Albert Einstein.
B. J. Zaragoza
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